viernes, 9 de marzo de 2012

¿Qué hacemos con el 8 de marzo, Día de la Mujer?



Este tema  del Día Internacional de la Mujer me provoca sentimientos encontrados. He visto en el facebook felicitaciones primorosamente diseñadas celebrando la jornada en honor a las féminas de todo el ancho mundo y me han hecho sentir bien. Tengo una sensación de pertenencia, un sentimiento de hermandad con el resto de  las mujeres, que se ha ido haciendo más profundo con el paso de los años.
Por otro lado me asoma un atisbo de duda,  se me aparece una pregunta ineludible: ¿No hay un cierto tufo a paternalismo en estos homenajes? Quizás soy quisquillosa, pero me da la impresión de que hay una trampa encerrada entre las palabras bonitas y las frases de admiración, ya provengan de la boca de una persona del sexo masculino o del femenino.
Me temo que detrás de los mensajes del tipo: “Vosotras al final sois las que os hacéis cargo de las labores de la casa (somos las mejores en esos temas, ja!), de los niños (para eso los parimos y tenemos glándulas mamarias, ¿no?) y del trabajo (aunque cobremos menos), ese que es remunerado y que tiene reconocimiento social “,  hay una idea subliminal: Pues ya que lo hacéis tan bien, seguid haciéndolo, porque eso es lo que os hace valiosas y (lo que es peor, a mi juicio) lo que os identifica como mujeres.
Y es terrible, pero infinidad de señoras se vanaglorian de llevar “todo” adelante a costa de quitarse horas de sueño, del desgaste de salud y de la carencia de felicidad como si la satisfacción del deber cumplido que se obtiene amoldándose a esas exigencias fuera compensación suficiente.
Pero si queremos romper con los roles de género y ya metidos en el siglo XXI, tendremos que reconocer que los padres tienen capacidad de hacerse cargo de sus hijos igual que las madres, y que, del mismo modo, son perfectamente útiles para  realizar tareas en el hogar. Esto supone, en muchas ocasiones, un esfuerzo, por parte nuestra, para ceder terreno dentro del hogar, ya que lo hemos adquirido fuera de él, y confiar en sus posibilidades en ese tipo de labores.
Si hubiera igualdad sobraría la celebración de este día, pero ya que lo tenemos, al menos intentemos aprovecharlo para tomar conciencia de los logros obtenidos a lo largo de la historia gracias a otras mujeres que en el pasado lucharon para conseguirlos,  así como para avanzar hacia la igualdad soñada, para la cual tendremos que trabajar, entre otras muchas cuestiones,  para conseguir que nuestra autoestima no dependa de realizar sacrificios desmedidos.  
Hoy es nueve de marzo, ayer no tuve tiempo de escribir, estaba trabajando.